Local

EL PERVERSO METODO DEL FRIGORIFICO BERMEJO DURANTE LA PANDEMIA

Obligaban a trabajar a obreros con síntomas de fiebre y problemas respiratorios en cámaras de frio con 6 grados de temperatura por 12 hs.

Los trabajadores que hoy mantienen un paro total de la planta del Frigorífico Bermejo en Pichanal denuncian las más atroces prácticas de la empresa del banquero Jorge Britos durante la pandemia.

Pichanal es una ciudad ubicada en la zona del chaco salteño dentro del Departamento Orán, al norte de la provincia de Salta, donde hace más de 27 años funcionan la planta frigorífica que no ha parado de crecer, año tras año pisoteando los derechos laborales de gente humilde, sumisa y en muchos casos apremiados por la desocupación y el hambre donde lo que menos se conoce son los derechos laborales. Tierra fértil para los explotadores que hoy agrupan a más de 300 empleados.

Resulta que durante la pandemia, los trabajadores comenzaron a informar a los encargados que tenían síntomas compatibles con el COVID como de fiebre, problemas respiratorios y dolor de cabeza. Es importante indicar que muchos de los obreros cumplen funcionen en sectores refrigerados donde se trabaja a bajas temperaturas entre 4 y 6 grados, lo cual agrava las condiciones sanitaras de los personas enfermas que además hacen esfuerzos físicos.

También vale indicar que los frigoríficos son considerados trabajos esenciales y por lo tanto la obligatoriedad de cumplir funciones se imponía y aquí viene la perversión de la patronal.

Ante la demanda de una licencia médica por síntomas con COVID, la empresa exigía que los obreros presenten un certificado médico que era imposible de conseguir en pueblo. No es novedad que la pandemia golpeo con su peor efecto en el norte de Salta donde los hospitales colapsaron y se multiplicaron las imágenes a nivel nacional mostrando como los familiares de enfermos luchaban por conseguir oxígeno hasta la muerte.

En ese contexto los obreros del frigorífico con síntomas comenzaban un peregrinaje brutal, Requerían sin éxito atención en el Hospital Vicente Arroyabe que estaba colapsado y que en caso de ser asistido no se le expedían un certificado médico ya que no había testeos masivos o los resultados demoraban más de una semana en llegar. Agobiados luego de mendigar un turno en el centro de salud, los trabajadores enfermos se presentaban nuevamente al frigorífico y eran obligados a trabajar porque “no tenían un certificado médico”.

Entonces a alguien se le ocurrió recurrir a la obra social que los asiste. Se trata del OSPA, Obra Social del Personal del Azúcar que depende del Sindicato del Azúcar que agrupa originalmente a los obreros del ingenio Tabacal y que brinda prestaciones sociales a otras empresas de la zona.

Pero los trabajadores del Frigorífico Bermejo, la mayoría con domicilio en Píchanal no podía salir de su ciudad para ir hasta la localidad de Hipólito Yrigoyen, pueblo obrero del Tabacal, donde funciona la obra social, porque la cuarentena estricta ante la circulación viral comunitaria Por lo tanto seguían sin conseguir los certificados médicos y obligados a trabajar.

Es así que un grupo de obreros comenzaron a levantar la voz a pedido de sus compañeros para que la empresa ponga un médico en la planta. Un profesional que los revise, los diagnostique y les otorgue el certificado médico respaldado en testes masivos para saber cómo estaban los trabajadores para cuidar el producto alimenticio que manufacturaba, al trabajador y su familia y como así también a la comunidad en general.

Pero la empresa nuevamente se negó, no puso ni médicos ni testeos masivos.

Cargados de humillación, bronca, impotencia y explotados en sus fuerzas físicas los obreros dijeron basta y pasaron por encima al delegado del gremio de la carne a quien lo catalogan más traidor que Icardi, para autoconvocarse y establecieron un paro total de actividades en plena pandemia.

En 24 horas la empresa hizo aparecer los testeos pero nunca pusieron el medico en la planta. Los resultados que comenzaron a arrojar eran alarmantes: de cada 10 hisopados 8 daban positivos y cuando se comenzaron hacer los testemos masivos: de cada 60 test más 35 resultaban positivos.

Inmediatamente la empresa tuvo que comenzar a enviar de licencia a los obreros más afectados físicamente. Hoy muchos de ellos agradecen a sus compañeros porque les salvaron la vida en medio de una pandemia donde la gente moría por decenas en el hospital del Orán San Vicente de Paul que no los podía contener a todos.

Pero pronto los gerentes mostraron nuevamente las garras. Tras desinfectar la planta comenzaron a llamar a obreros que eran asintomáticos y por medio de la municipalidad hacían figurar que estaban curados para alterar sus cuarentenas, cuando necesitaron más personal hicieron lo mismo con otros en condición de sintomatología leve.

Pero resulta que la empresa si respeto la cuarenta de un grupo de obreros quienes estuvieron durante más de 20 días hasta que el COE municipal les dio el alta, justamente fueron los voceros de los trabajadores que cuando se quisieron presentar a trabajar con el “alta” en la mano, la empresa no dejó entrar.

En una maniobra burda, les comenzó hacer un desgaste psicológico. Les decía, mediante carta documento que no estaban despedidos y que le asignarían tareas, por un lado y por el otro daban la orden al personal de seguridad que no los dejen entrar. Para obligarlos a pedir el retiro voluntario.

Los cuatro valientes voceros, hombres sencillos, acostumbrados al trabajo rudo y a la tracción del campo, con más de 15 años de antigüedad en la planta frigorífica no se dejaron atemorizar, armaron un acampe en la puerta del Frigorífico y al tercer día ese acampe se transformó en el paro total de actividades que hoy reclama:

- INMEDIATE Y EFECTIVA REINCORPORACION DE LOS CUATRO TRABAJADORES.

- RENUNCIA DEL DELEGADO GREMIAL

- RECONOCIMIENTO DE UN DELEGADO POR CADA 100 TRABAJDORES.

- AUMENTO SALARIAL DEL 20 % POR PARITARIAS MAL CERRADAS.

- MEDICO EN LA PLANTA INDUSTRIAL Y TESTEOS MASIVOS.

- CESE DE LA PERSECUCIÓN LABORAL Y MALTRATOS.

El dato destacado. Los obreros de frigorífico Bermejo no trabajan 8 horas, lo hace por 12 horas diarias porque los sueldos son bajos. Son obligados hacer extras. Solo basta imaginarse ese tiempo, lo que habrá sufrido un obrero dentro de una cámara de frio a baja temperatura con fiebre y problemas respiratorios, para entender el perverso método del Frigorífico Bermejo en tiempo de pandemia.

 

Comentarios

¡Sin comentarios aún!

Se el primero en comentar este artículo.
Volver arriba