PROVINCIALES

LA TALA INDISCRIMINADA EN ORÁN Y OTRAS ZONAS DE LA PROVINCIA DESPROTEGEN A LOS PUEBLOS ORIGINARIOS

Los desmontes provocan que las crecidas de los ríos inunden sus hogares por no tener contención.

Hace muchos años que los miembros del pueblo kolla del norte de Salta, ya por 2019 denunciaron la tala de madera sin consulta previa. Recordemos que las comunidades originarias tienen una economía de subsistencia otorgada por la naturaleza. Los desmontes provocan que las crecidas de los ríos inunden sus hogares por no tener contención.

Si bien la denuncia radicada por los originarios fue en 2019, esta situación no ha cesado en el tiempo, sino que se agravó. Luego de las intensas lluvias en las zonas, los pedidos de socorro por las comunidades no cesan.

Página 12 realizó una nota sobre este tema, recordamos algunos fragmentos.

Trescientos rollos de madera contabilizaron los miembros de la Comunidad Kolla Río Pescado, o Isla Río Pescado tan solo en una semana. Los trabajos se adentraron a 400 metros del territorio de la comunidad, en el departamento de Orán.

“Han hecho desastre. Nosotros con los árboles nos protegemos del río, que es bravo y hubo años que cruzó la ruta” nacional N° 50, a unos 15 kilómetros de la ciudad de Orán. El relato es del presidente de la Comunidad, Santiago Pascual Franco, quien denunció la situación en la fiscalía penal de Orán, con el patrocinio del abogado Hernán Mascietti.

La comunidad se encuentra ubicada en el kilómetro 47 de la ruta nacional. En la denuncia hecha en la fiscalía se destacó que quienes talaron generaron “daños a la propiedad, usurpación, delito a la seguridad pública por peligro de inundación” en “el campo de propiedad indígena”, cuya carpeta de relevamiento territorial ya se encuentra asentada en la resolución 401 del Instituto de Asuntos Indígenas (INAI), del Ministerio de Justicia de la Nación. La comunidad ocupa la tierra en calidad de territorio comunitario desde 1982 “en forma pública, comunitaria, pacífica, ininterrumpida y tradicional”.

“Yo les fui a reclamar pero me querían pegar. Apenas pude sacar la foto de los vehículos y me fui”, contó Franco.

La falta de consulta o de puesta en conocimiento de lo que se hace en su territorio es una constante cuando se trata de comunidades originarias, que en este caso en particular cuidan el monte nativo para evitar que el río avance sobre su ámbito de vida. Es por esa misma característica que viven de lo que siembran: mandioca, choclo, o banana “y algunas changas que conseguimos a veces”.

Para vender su producción deben cruzar el río, lo cual se puede hacer solo cuando lleva poco agua. “El río es muy bravo cuando viene crecido”, describió Franco. Una vez que cruzan el río a pie, toman un colectivo que los lleva a la ciudad de Orán para vender sus productos. El viaje de media hora aproximadamente cuesta 45 pesos por tramo

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