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ES DE HIPÓLITO YRIGOYEN Y LLEGÓ A LA CIMA DEL ACONCAGUA.

Tanto así que remarca "no sé hacer otra cosa que la vida militar y la volvería a elegir".

Mauro Meriles, oriundo de Hipólito Yrigoyen, pertenece al Ejército Argentino hace 18 años y en las últimas semanas, junto a un equipo de soldados cumplieron la misión de subir hasta la cumbre del Aconcagua, donde desplegó una bandera para homenajear a la tierra que lo vio nacer.

El Tribuno dialogó con Mauro, un soldado salteño de Hipólito Yrigoyen radicado en San Juan hace doce años. Tiene 38 años y tomó la decisión de ingresar a las filas primero por curiosidad, pero sin duda se convirtió en parte de su vida.

Tanto así que remarca "no sé hacer otra cosa que la vida militar y la volvería a elegir".

A través de las redes sociales se difundieron sus imágenes tomadas en la cima del Aconcagua con la remera del Club Deportivo Tabacal, lo que motivo que miles de vecinos del departamento Orán se sientan orgulloso que un hijo de Hipólito Yrigoyen logre semejante hazaña.

"Es una experiencia difícil de contar, estar en la cumbre del Aconcagua, el techo de America, fue como tocar el cielo con las manos. Estando ahí sentís que se te limpian todas las cosas malas que llevas adentro, llorábamos como unos niños, te da mucha fuerza interior, me sentí muy cerquita de Dios", contó emocionado.

Según el testimonio de Meriles, la odisea inició el 12 de enero y terminaron el 19 del mismo mes.

"Empezamos aclimatándonos de a poco porque en San Juan estamos a 800 metros sobre el nivel del mar y la cumbre está a casi 7 mil. Recién hicimos cumbre luego de varios días, donde estuvimos solo 30 minutos porque no se puede permanecer durante mucho tiempo por la presión y la falta de oxígeno, además de que hace -20´C", relató.

Allí, Mauro, el tercero de cuatro hermanos, desplegó en la cima de Aconcagua una bandera argentina en homenaje a Hipólito Yrigoyen y el club de sus amores, Club Deportivo Tabacal "nunca me olvido de mi pueblo natal, mi familia, amigos y compañeros. Cada vez que puedo vuelvo para recorrer sus calles y recordar el lugar donde fui tan feliz".

Sobre la misión que debían cumplir, Meriles explicó que "como soldados tenemos preparación todo el tiempo por estar en un ambiente geográfico de montañas. Nuestra actividad, nuestra misión es la integridad territorial, es una actividad que se hace en esta época por el clima. Aparte del entrenamiento, es una acción para marcar presencia en el territorio y controlar el lugar".

Luego de realizar la aclimatación inicial en Puente del Inca (2.750 msnm), compuesta por varias actividades, ascendieron hacia la zona de Confluencia y luego a la zona de Plaza de Mulas (4.300 msnm). Allí continuaron ejecutando actividades de aclimatación y a la vez que se ejecutó el porteo de material hacia el campamento intermedio "Canadá", a 4.930 msnm.

Posteriormente se realizó el desplazamiento hacia Nido de Cóndores (5.400 msnm), Berlín (5.500 msnm) y finalmente el ataque a la cumbre.

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